El estilo de vida contribuye a acelerar el proceso de envejecimiento de nuestro cuerpo. El estrés, la contaminación, los hábitos de alimentación, el sedentarismo…
Con el paso de los años vamos perdiendo luminosidad, firmeza y aparecen los problemas. En el rostro deshidratación, arrugas, flaccidez, rojeces, acné, manchas… En el cuerpo celulitis, retención de líquidos, mala circulación…
Hoy podemos frenar estos efectos del envejecimiento con tratamientos integrales que parten de un diagnóstico exhaustivo y combinan cosmética avanzada, nutricosmética, aparatología de última generación y nuestra experiencia profesional.